mercoledì 24 novembre 2021

Primer viaje

No sé cuándo llegamos a Temuco.
Fue impreciso nacer y fue tardío nacer de veras, lento, y palpar, conocer, odiar, amar, todo esto tiene flor y tiene espinas.

Del pecho polvoriento de mi patria me llevaron sin habla hasta la lluvia de la Araucanía.
La tablas de la casa olían a bosque, a selva pura.
Desde entonces mi amor fue maderero y lo que toco se conviente en bosque.
Se me confunden los ojos y las hojas, ciertas mujeres con la primavera del avellano, el hombre con el árbol, amo el mundo del viento y del follaje, no distingo entre labios y raíces.

Del hacha y de la lluvia fue creciendo la ciudad maderera recién cortada como nueva estrella con gotas de resina, y el serrucho y la sierra se amaban noche y día cantando, trabajando, y ese sonido agudo de cigarra levantando un lamento en la obstinada soledad, regresa al propio canto mío:
mi corazón sigue cortando el bosque, cantando con las sierras en la lluvia, moliendo frío y aserrín y aroma.

Pablo Neruda
Memorial de Isla Negra
1964

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