mercoledì 24 novembre 2021

Primer viaje

No sé cuándo llegamos a Temuco.
Fue impreciso nacer y fue tardío nacer de veras, lento, y palpar, conocer, odiar, amar, todo esto tiene flor y tiene espinas.

Del pecho polvoriento de mi patria me llevaron sin habla hasta la lluvia de la Araucanía.
La tablas de la casa olían a bosque, a selva pura.
Desde entonces mi amor fue maderero y lo que toco se conviente en bosque.
Se me confunden los ojos y las hojas, ciertas mujeres con la primavera del avellano, el hombre con el árbol, amo el mundo del viento y del follaje, no distingo entre labios y raíces.

Del hacha y de la lluvia fue creciendo la ciudad maderera recién cortada como nueva estrella con gotas de resina, y el serrucho y la sierra se amaban noche y día cantando, trabajando, y ese sonido agudo de cigarra levantando un lamento en la obstinada soledad, regresa al propio canto mío:
mi corazón sigue cortando el bosque, cantando con las sierras en la lluvia, moliendo frío y aserrín y aroma.

Pablo Neruda
Memorial de Isla Negra
1964

Mia moglie

Davanti all'abisso mi sporgo e vedo le facce pure degli angeli e l'invito di mia moglie risveglia la voglia d'infinito.

Al di là del mare, la mia lingua si muove ma non riesco ad articolare il pensiero e così tutto crolla nell'oblio.

Un tempo riuscivo a tramutare la febbre in oro... ma ora mi vesto solo d'incanto.

Cerco invano di popolare i miei sogni per ingannare l'attesa, e canto a pieni polmoni una triste litania.

Nella mia valigia porto i sogni australi plasmati nella verde argilla, dai quali pendono densi e rossi i petali del mio cuore.

Roberto Jobet
Brescia 30/10/2014

domenica 23 giugno 2013

L'invitation au voyage

Mon enfant, ma soeur,
Songe à la douceur
D'aller là-bas vivre ensemble !
Aimer à loisir,
Aimer et mourir
Au pays qui te ressemble !
Les soleils mouillés
De ces ciels brouillés
Pour mon esprit ont les charmes
Si mystérieux
De tes traîtres yeux,
Brillant à travers leurs larmes.

Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Des meubles luisants,
Polis par les ans,
Décoreraient notre chambre ;
Les plus rares fleurs
Mêlant leurs odeurs
Aux vagues senteurs de l'ambre,
Les riches plafonds,
Les miroirs profonds,
La splendeur orientale,
Tout y parlerait
À l'âme en secret
Sa douce langue natale.

Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Vois sur ces canaux
Dormir ces vaisseaux
Dont l'humeur est vagabonde ;
C'est pour assouvir
Ton moindre désir
Qu'ils viennent du bout du monde.
- Les soleils couchants
Revêtent les champs,
Les canaux, la ville entière,
D'hyacinthe et d'or ;
Le monde s'endort
Dans une chaude lumière.

Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté.

Les Fleurs du Mal (Charles Baudelaire - 1857)

domenica 4 settembre 2011

Amorgós

Amor mío cuando me muera lleva mi alma a mirar las estrellas.

Y junta mi corazón con el tuyo.

Roberto Jobet
2011



venerdì 19 febbraio 2010

La Bonne Chanson (XVII)

N'est-ce pas ? en dépit des sots et des méchants
Qui ne manqueront pas d'envier notre joie,
Nous serons fiers parfois et toujours indulgents.

N'est-ce pas ? nous irons, gais et lents, dans la voie
Modeste que nous montre en souriant l'Espoir,
Peu soucieux qu'on nous ignore ou qu'on nous voie.

Isolés dans l'amour ainsi qu'en un bois noir,
Nos deux coeurs, exhalant leur tendresse paisible,
Seront deux rossignols qui chantent dans le soir.

Quant au Monde, qu'il soit envers nous irascible
Ou doux, que nous feront ses gestes ? Il peut bien,
S'il veut, nous caresser ou nous prendre pour cible.

Unis par le plus fort et le plus cher lien,
Et d'ailleurs, possédant l'armure adamantine,
Nous sourirons à tous et n'aurons peur de rien.

Sans nous préoccuper de ce que nous destine
Le Sort, nous marcherons pourtant du même pas,
Et la main dans la main, avec l'âme enfantine

De ceux qui s'aiment sans mélange, n'est-ce pas ?

Paul Verlaine,
1870

Roma

Et du haut des remparts de la ville
Je brûle mon haleine et je souffre.

Roberto Jobet
2010

domenica 17 giugno 2007

Rosas de lluvia sobre Pedro Prado

De la lluvia el soneto entrega a tu calma rosas,
los pájaros errantes de mortales jardines,
alas que se plegaron el lejanos confines,
de un huracán el pétalo a novias temblorosas.

Son flores corporales que acuden presurosas
a renovar tu sangre bordeando los jazmines,
a entibiarse las manos con juegos del defines
cuando los mares rompen de la angustia las losas.

Tanta lluvia ha impedido que Alsino emprenda el vuelo
a las vastas regiones de un cielo sin espadas.
Yace como pingajo, monigote de cera,
sus ansias reducidas a lamentar su duelo.

Mis rosas a tus rosas son chispas de una hoguera
que nunca el jardinero dará por terminadas.
La lluvia en Chile deja al descubierto a sus poetas.

Jorge Jobet,
1989

La libertad de Paul Eluard

En la lluvia y en los truenos,
en la voz con el perdón,
en la abeja y en el pino
j'écris ton nom.

En los muros de la guerra,
en la luz del ruiseñor,
en mujeres con ensueños
j'écris ton nom.

En pizarras y en escuelas,
en la cárcel sin amor,
en memorias con paisajes
j'écris ton nom.

En las noches con sus barcos,
en el goce y en el dolor,
en la arena con sus niños
j'écris ton nom.

En el mármol y en la tierra,
en la pluma del gorrión,
en el agua que te canta
j'écris ton nom.

Jorge Jobet,
1989

A Mallarmé, Santo y Mártir de la poesía

El invierno, maese,
es la prisión del mirlo,
su lago congelado,
su perfección marchita.

Las rosas que buscabas
tienen negros y grises,
y el ser y la belleza
brotan de tierra firme.

No existe la palabra
de universal sonido,
sino el hombre en el tiempo
curando sus heridas.

Bajaste el cortinaje
cerrándote en tu música
de ocultos ideales
en brumas afligidos.

No está vacía el alma
que aspira a consumirse,
y tus hojas en blanco
la lluvia las escribe.

Jorge Jobet,
1989

A la Muerte le Digo

A la muerte le digo que se pare
y se olvide de hurgar en el recuerdo.
Atrás nos perfecciona un abejorro
en tenso sobresalto verdinegro,
una flauta musgosa y telarañas
en la ardiente comarca de la higuera.

Allá en el polen recto no cabían
las cepas zamarreadas del invierno,
el genio de magnolias desprendidas
de la lengua melódica del éter

Su rostro de tatuajes milenarios
se pasea atisbando la floresta,
tardío en las lagunas rondadoras
y el amor juvenil con sus sorpresas,
indiferente y grave en sus funciones
de cortarle a la flor el crecimiento.

Una angustia nos crece y nos apura
en la atmósfera impar del sentimiento,
ovillada en armónicos jardines
con sus rejas tangibles y elocuentes,
lilas quizás que nunca sobrevivan
en el círculo magro con desdenes.

El regreso a los aires del pasado
es morirnos de a poco como un sueño,
esas cosas que oculta la memoria,
la desnudez de un ramo de claveles.

Jorge Jobet,
1987